Gris
Un diagnóstico psiquiátrico te cambia la vida, en muchos casos es como encontrar esa pieza faltante, que encaja perfecto dentro de una narrativa que no lograba entenderse hasta ese entonces. Otras veces parece una especie de condena; de arrastrar ese diagnóstico e inyectarlo por completo a tu identidad, pensando que no “eres o existes” sin esa pieza. Y de pronto solo eres eso, un diagnóstico, una sentencia a tu comportamiento. Hace 28 años atrás recibí el mío, en ese entonces…