Ella y los fantasmas
Ella jugueteaba con fantasmas desde su ventana; estos eran pequeños y le coqueteaban, susurraban suspiros frÃos que se perdÃan en la oscuridad. Fantasmas invocados en una noche sin estrellas, guiados por una ceguera constante, casi agobiante. Ella a través de su ventana se corrompÃa, de vez en cuando una probada al vacÃo, de vez en cuando un pensamiento al olvido.
La lluvia golpeaba la ventana, la invitaba a salir, a desnudarse y a correr descalza; a recordar cuando niña y todo lo insignificante se convertÃa en sueños perpetuos que la cobijaban.
Los muertos la rodearon para que no estuviera sola, para bendecirla.
Para recordarle que la vida es rebeldÃa.
RebeldÃa contra todo lo que nos enseñaron.
RebeldÃa contra todas las mentiras.
Los muertos se alegraron por ella, casi sonrieron. Ella recordó que a los muertos no se les puede engañar, salió por aquella ventana y sintió que casi flotaba.
Se fue y a lo lejos se podÃa escuchar los aullidos de los lobos.
El texto fue adaptado a una version comic por Andrea Durán.Â
