Knajo vak
Knajo vak solo recuerda su nombre
no recuerda si un día también fue hombre.
Knajo vak vive debajo de donde pisan los hombres
dentro de túneles oscuros y repulsivos, tal como nuestro peculiar amigo.
Se agacha, se desliza, se mueve por todos ellos, escurridizo el muy pequeño
Knajo vak mide lo de un niño de 7 años, mas no es ningún pequeño crio
Sin oídos, sin nariz, con solo dos grandes perlas negras como ojos que lo guíen en su macabro arrojo
Knajo vak tampoco tiene cabello, este se los suele robar a los muertos que duermen encajonados
Knajo vak tiene un gusto muy particular, que nadie puede igualar
Le gusta las cabezas coleccionar
Humanos y animales, animales y humanos
Redondas, ovaladas, de formas extrañas, de diversas especies y razas
Knajo vak se arrastra por las noches, buscando cabezas que coleccionar
Tiene una navaja especial, tan afilada como brillante, que de un solo tajo su cometido logrará
Mientras duermes la cabeza perderás
Knajo vak sabe que un cuerpo sin cabeza, es igual a un fantasma enloquecido, buscando aquello, que en vida, estuvo en su sitio
Pero eso no le importa al escurridizo desgraciado
Knajo vak se pasa días enteros contemplando su macabra colección, pasillos inundados de su gran y macabra afición
Cabezas de mujeres, hombres, niños, perros, gatos, caballos y uno que otro ingrato
Knajo vak no tiene miedo a los malditos que caminan de noche como si estuvieran vivos, tampoco a las brujas que le cantan canciones de amor a la luna.
Knajo vak conoce un solo miedo, un terror que escarba en su triste y torcido deseo
La música mágica y negra, la música maldita, creada e invocada para que los muertos tengan de nuevo arca
Si los muertos escuchan la música que Knajo vak odia, estos encontraran de nuevo, lo que perdieron en vida mientras soñaban que morían.
Sus cabezas recuperaran, los tesoros de una leyenda horripilante, que se arrastra debajo de donde pisan los hombres desde hace ya miles de lunas