El hechizo de la luna que nunca se fue
La edad eran 23 años, fue cuando tuve mi mejor periodo musical, en los que podía pasarme noches enteras escuchando con detalle el “nuevo ” disco, en que le dedicaba tardes a platicas para discutir de particulares canciones mientras las botellas de cerveza se vaciaban al mismo tiempo que el sol se ocultaba, eran días, en los que intercambiaba música con camaradas y era la misma música que con el tiempo esos camaradas se volvieron mis amigos. Uno de esos…