Adiós Dahlia.
Dahlia llegó un otoño del 2016, en ese entonces no sabía que se llamaría Dahlia y tampoco sabía que sería mi primer gato. Mientras trabajaba en mi estudio, cuya gran ventana da a la calle y me permite escuchar a los autos pasar y estar al pendiente de las peleas de mi vecino con sus hijas, escuché a una gata maullar y pelearse con otros gatos de la calle. No le di importancia, pensé que era la nueva gata de…