La mancha que se ubicaba en la esquina derecha de la habitación de al lado
Cuento de hace tiempo que estaba perdido, ya lo acomode en el cuarto. Ya han pasado 4 días, 6 horas y 34 minutos desde que le disparé en la cabeza en su habitación aquel domingo por la noche. He usado de todo para quitar la mancha de sangre que ha quedado impregnada en esa esquina, esa misma esquina donde me suplicó por su vida, pero en su defensa, no fue lo primero que hizo; primero abrió los ojos…