Vida…
Mi vida se siente tan chica y tan apretada dentro de estas cuatro paredes, el techo que siempre me observa cuando me levanto y cuando me acuesto.
Mi vida se siente tan libre cuando sueño que caigo, cuando absorbo el aire mientras voy hacia abajo y cierro los ojos, me siento tan ligero que no existo.
Mi vida se siente tan torpe cuando hablo y cuando me expreso, cuando camino sobre mis dos piernas por las calles esquivando a la gente.
Mi vida se siente tan ajena a mí, que a veces puedo verla reflejada en el espejo, ejecutándose sin mí.
Mi vida pocas veces es mía, es de alguien más que no conozco ya, es de alguna palabra que ahora posee una ráfaga de viento, es de algún concepto que se enterró en el suelo y hecho raíces.
Mi vida suena a tantos ecos que no reconozco, que a veces me gusta pensar, durante solo un momento, un instante, que puedo ponerle fin y eso me haría saber, que todavía es mía, por lo menos al final.