Este es un post para desahogarme nada mas, pero tratare de que tenga un poco de estructura…total aquí voy.

No es nuevo el tema y mucho menos el sentimiento, y tal vez, muy muy tal vez, no sea un panorama general. Pero es que, desde hace como 2 años, la gente con la cual crecí, esta para la chingada de mal. Tristes, apáticos, dependientes, divorciados, alcohólicos, drogadictos, etc. Pero más que nada, yo diría deprimidos. Y si, tampoco puedo señalar sin hacerlo conmigo mismo, yo soy una persona muy depresiva y altamente melancólica, pero con mucha terapia y con muchas caídas y levantadas, creo que hasta el momento no e caído en un estado de adicción o a una decisión muy muy pendeja de la cual me arrepienta.

En un principio enterarme en reuniones de cómo estaban esas personas o inclusive por su boca propia, me hacia reventar, me molestaba mucho, fueron horas y horas de alegatos aderezados con gritos de que estaban bien pendejos. Pero ahora lo único que tengo es bastante tristeza de verlos así como están. Uno divorciado al año de estar casado, sin graduarse y sin título, porque al parecer que cada vez que se le topa una mujer pierde completamente la noción de lo que es real por ende de el mismo. Otro que esta por casarse con alguien que sostuve una sorprendente relación por facebook durante 6 meses y descubrió (sin siquiera conocer bien a esa persona) que es el amor de su vida. Otro que sigue maldiciendo a aquella mujer  que conoció en la universidad, y que ahora no solo se ahoga en alcohol (como lo hace desde que lo conozco) sino que también necesita una que otra droga para sentirse estable. Otro que acabo casándose con aquella mujer a la cual maldijo y aseguro que nunca se casaría por lo que le hizo. Una que a final de cuentas no puede establecer una conexión emocional ni con su perro.

Mucho spoiler de vidas, y ahora que me doy cuenta muchos de ellos o ellas, el centro o el detonante es una relación, por lo cual me lleva al hecho de que realmente no sabemos estar solos, ni podemos estar solos. En otra época probablemente hubiera mentado madres, pero hoy no es el ayer y yo no soy el mismo. En uno no está que las personas cambien, el cambio está en uno mismo, el querer evolucionar. Como amigos o familia, solo podemos hacer nuestra parte, que a final de cuentas, nuestra parte es muy pequeña, el resto depende de los demás.

Pero aun así, me da tristeza, el recordarme junto a ellos, en otro día que no es hoy,  riendo y sonriendo tan despreocupadamente sin que el tiempo nos importara. Pero a final de cuentas el tiempo no espera a nadie, por más que nos lamentemos o le echemos la culpa a la vida, a dios o a cualquier imbécil que se nos ponga enfrente, los únicos culpables somos nosotros y nadie más.

Y creo que si me desahogue, por lo menos un poco.