“Derribaré las Puertas del Inframundo, destrozaré los postigos de las puertas, y las derribaré, y dejaré que los muertos suban para comer a los vivos ¡Y los muertos superarán en número a los vivos!”
Poema de Gilgamesh

Durante una plática con D.Schneider en la que invariablemente hablamos sobre zombis y nuestro amor por estos, me hizo un ofrecimiento al cual no pude negarme –eso sonó un poco mal-, escribir en su blog sobre zombis, así que como post inaugural de este pequeño rincón zombi hablaremos un poco sobre el origen de los zombis.

El término zombi inmediatamente trae a la mente la imagen de un cadáver en avanzado estado de descomposición persiguiendo torpemente (o rápidamente, dependiendo de que mitología sigamos) a un sobreviviente que huye despavorido.

¿Pero que es en realidad un zombi?

De acuerdo a la Real Academia Española un zombi es una persona que se supone muerta y que ha sido reanimada por arte de brujería, con el fin de dominar su voluntad. Atontado, que se comporta como un autómata.

La palabra zombi es de origen africano datando de 1871, posiblemente fue derivada de la palabra “Zumbi” (del idioma Kikongo) que significa fetiche o de la palabra “Nzambi” (del idioma Kimbundu) que significa dios, originalmente este era el nombre de un dios serpiente que después fue asociado con un cuerpo reanimado en el culto vudú. En 1936 se considera que se utiliza por primera vez el término zombi para referirse a una persona lenta y tonta.

El origen más conocido y popular de los zombis se atribuye a la cultura del vudú de Haiti. En el folclore vudú se dice que los Bokors –sacerdotes vudú que se dedican a estudiar y utilizar la magia negra- poseían la habilidad de resucitar a los muertos mediante la captura del “ti bon ange” –una parte del alma- de la víctima y el “coup padre”, un polvo que se ingiere oralmente y es considerado el ingrediente principal para convertir a una persona en zombi.

Este polvo causaba la aparente muerte de su víctima, el ritmo cardiaco, la respiración y la temperatura corporal se reducen drásticamente causando que se piense que la persona ha muerto y sea enterrada.  El polvo es preparado con una mezcla de plantas y animales, aunque los ingredientes pueden ser distintos se considera que los siguientes ingredientes son los esenciales para realizar el polvo.

• Pez globo: que genera un veneno conocido como tetrodotoxina, una neurotoxina que causa parálisis.
• Sapo Marino (bufo marinus): que produce sustancias tóxicas.
• Rana de árbol (osteopilus dominicensis): que secreta una sustancia irritante.
• Restos humanos

El bokor entonces se encargaría de exhumar al zombi, el cual a pesar de estar físicamente intacto perdería su memoria y obedecería todo lo que el bokor le ordenara. La influencia del bokor sobre el zombi sería total hasta que este muriera.

La creencia en los zombis está tan arraigada en esta cultura que en 1835 se introdujo una ley en el código penal de Haití en el que se prohíbe la creación de zombis, clasificándolo de homicidio o intento de homicidio de acuerdo a si la víctima alcanzo a ser enterrada o no.

Esta creencia no es la única, en la edad Media se consideraba que las almas de los muertos podían regresar un día y acosar a los vivos. En Francia se creía que los muertos se despertaban para vengarse de quienes habían cometido algún crimen en su contra, estos muertos tomaban la forma de un cadáver descompuesto que rondaba los cementerios en la noche.

La creencia de los zombis existe en otras culturas, algunos ejemplos son:

• Draugr o Draug, una creatura no muerta de la mitología nórdica. Se creía que vivían en las tumbas de los vikingos muertos, poseían fuerza sobrehumana, podían aumentar su tamaño a voluntad y además se encontraban en estado de descomposición. Se les consideraba inmunes a las armas y sólo podían ser vencidos por un héroe con la fuerza y valentía necesaria para devolver al draugr a su tumba. El draugr podía regresar aún después de ser vencido por lo cual se le debía de cortar la cabeza, quemar el cuerpo y tirar las cenizas al mar.

• Tokoloshis, está es encontrada en el Sur de África, se les considera un tipo de zombi enano –llegan a la rodilla de un adulto- cubierto de largo cabello y con un cierto parecido a un mono. Se puede crear un tokoloshi quitándole los ojos y la lengua a un cadáver y después introduciendo una vara de acero caliente en el cráneo, esto causaría que el cadáver redujera su tamaño. El creador le otorgaba vida y obediencia a través de un polvo que introducía en su boca, sin embargo el precio de crear un tokoloshi incluye la muerte de un pariente cercano en menos de un año. Una característica del tokoloshi es que es invisible para todos menos para su creador y se le utiliza principalmente como un tipo de sirviente.

• Geong Si, son los zombis de los mitos chinos, tienen un cuerpo físico pero no están vivos ni poseen pensamiento –característica que comparten con los zombis haitianos-, se dice que se crean cuando el alma de una persona no deja el cuerpo debido a una muerte violenta, suicidio o deseo de venganza.

Estas creencias no son las únicas ya que casi en todas las culturas existen referencias a algún tipo de creatura no muerta.
Los zombis modernos deben su existencia principalmente a la película de George A. Romero (1968) “La noche de los muertos vivientes”, la mayoría de los zombis modernos siguen el estándar que se impuso en esta película y varía significativamente de lo mostrado en el folclore. Se les muestra como monstruos sin mente que no sienten dolor y tienen un insaciable apetito por la carne humana. Siendo su único objetivo matar, comer o infectar personas.

Aunque actualmente se manejan diferentes explicaciones sobre cómo se daría una epidemia de infección zombi se puede reducir a que la infección –sea cual sea su origen- causa que los procesos cognoscitivos se detengan y sólo se mantenga activa la parte del cerebro comúnmente referida como el “cerebro reptiliano”. Esta parte del cerebro se encarga de controlar los instintos primarios básicos, huir, pelear, comer cerebros.

La infección se propaga mediante una herida abierta, principalmente a través de la mordida de un zombi, ya que al morder a alguien la herida tendría la saliva –y posiblemente sangre- del zombi, este fluido corporal se mezcla con el torrente sanguíneo y se infectaría al individuo, una vez que este muera se reanimaría y se uniría a las hordas de infectados en busca de apetitosos cerebros.

Debido a que la infección logra disparar señales neurológicas en un cuerpo muerto causando la reanimación de este, la única manera de detener el avance del zombi sería destruyendo el cerebro o separando la cabeza del resto del cuerpo.

Los zombis se han convertido en una parte integral de la cultura popular, infiltrando distintos ámbitos como la música, la literatura y como olvidarlo el cine. Razón por la cual y a menos que el casero D.Schneider me clausuré tocaré en otra ocasión más sobre alguno de estos temas.