Nick cave nos pide empujar el cielo.

Nick cave nos pide empujar el cielo.

De nuevo las bocinas expulsan la fantasmagórica voz de Nick Cave, canta “Push the sky away” y recuerdo que a finales de enero estaba escuchando esta canción y los recuerdos galopan salvajemente uno tras otro. A principios de año estaba en un velorio, la sala estaba repleta, gente por todos lados, todos de negro y los ojos rojos, se movían despacio y con gracia, como si el moverse de manera normal perturbara al muerto. A Miguel lo devoró el cáncer y nadie de nosotros podía asimilarlo, yo todavía no me lo creo. Miguel tenía la risa más descarada y apabullante que he escuchado, se reía mucho de mis tonterías y se emocionaba hasta la histeria cuando nos tocaba jugar Halo en multiplayer. Miguel era dos años menor que yo y Nick Cave sigue cantando sobre empujar el cielo.

Los meses pasaron y todo se puso surreal, un mal viaje sin dirección pero que sabrías que terminaría mal, como si las cosas pisarán el acelerador al fondo rumbo a un acantilado. Tres chicos de mi ciudad, de la escuela donde laboraba, fueron desaparecidos y según la historia “oficial” disueltos en ácido. La escuela y los pasillos se oscurecieron y hasta el día de hoy recuerdo la imagen de las tres coronas de flores fuera de la sede principal. Mis redes sociales se llenaron de dolor y de reclamos por justicia, aún eso no se supera, no sé si algún día eso sea posible.

Una vez en una conversación mencioné que el dolor por la pérdida de alguien siempre lo vamos a llevar con nosotros, es algo que no se supera, más bien se aprende a sobrellevar. Una amiga mencionó que no lo creía así, que todo avanza y se supera. Pienso en los padres de Miguel, y los padres de aquellos tres chicos, pienso en la hermana de una novia que tuve hace muchos años y de cómo sostenía la urna que contenía las cenizas de su hijo de 6 años afuera del templo donde fue el funeral. Algo me atraviesa el corazón y Nick Cave canta una parte que dice “I got a feeling that just won’t go away”

El tiempo continuó y las catástrofes siguieron, huecos de dolor, reclamos y decepciones. Recuerdo una oficina y a un necio explotando, una mujer silenciosa sin emitir algún sonido. Aturdido di las gracias y salí de ahí, cada paso que daba solo se hacía evidente mi hartazgo sobre cosas que nunca estuve de acuerdo y un pequeño alivio de que ya no tendría que tratar más con aquél necio. Pero perdía a los chicos, a los alumnos y eso me dolió.

Otra universidad, otros pasillos. El dolor no se va, sigo caminando, sigo enseñando. Olvidó escribir, se me pierde el rumbo, el piloto automático está puesto. Un domingo por la mañana recibo una llamada de mi madre, mi padre se encuentra muy mal y no sabe qué hacer. Manejo hacía la casa de donde crecí, imaginando muchos escenarios, todos terribles, el corazón se me hace chico y me punza de dolor. Nick Cave sigue cantando y dice: “Oh but it gets you right down to your soul, You’ve gotta just keep on pushing”.

Paro cerebral, lo sobrevive, pero queda afectado permanentemente. Mi padre siempre ha sido un buen orador, le gustaba el uso de su palabra, su voz para mandar, para hacerse escuchar, para debatir y muchas veces para lastimar. Mi padre pierde el 60% del habla, otra catástrofe, otra cosa que asimilar, pero en este particular caso no tenía idea de lo que esperaba. De la noche a la mañana, mi hermano y yo nos hicimos cargo, mi padre pasa unos sin poder caminar, silla de ruedas. Aquel hombre complejo y de carácter difícil se reduce y hay una guerra que él dejó pendiente, una guerra con enemigos de los cuales nunca hablo. Hay que pelearla, no hay opción. La familia sangra y no hay espacio ni momento para tratar la herida, hay que continuar.

Ojalá fuera de esos que escriben al fumar, en este punto del texto me gustaría apagar violentamente un cigarro en el cenicero mientras susurro “puta madre” para mis adentros y el humo del cigarro se extingue, pero deja su latente peste en la habitación, una imagen clásica del escritor pedero. Pero no fumo, últimamente casi no escribo y la guerra no ha terminado, pero Nick Cave sigue cantando y extraño a Miguel, su risa y jugar Halo.

Cave canta la última parte de la canción, desactivo el botón de repetir.

“And if you feel you got everything you came for, If you got everything and you don’t want no more, You’ve gotta just keep on pushing”

Siempre he querido pensar que hay algo que cambia en nosotros después de experimentar tanta pérdida y tanto dolor, algo bueno, algo que se escondía y sale a la luz para compensar la oscuridad. Pero también creo que algo se pierde en el camino, una parte de nosotros se queda con la catástrofe, con la pérdida, con el muerto, y nunca regresa.

Una parte de nosotros nunca vuelve, pero seguimos, sobrevivimos con los restos que nos quedan.

Un comentario en "Nick cave nos pide empujar el cielo."

  1. Eso que dices de “siempre he querido pensar que algo que cambia en nosotros…”

    Creo que si.
    Pero no siempre es luz.
    Pienso en esto de “si estas parado contemplando un río correr… estás realmente frente al mismo rio conforme pasa el tiempo?”

    Para mi tu eres tu desde que teníamos 6 años.
    Pero, de alguna manera, no sé si queda algo de aquel morro. (Sí, sí queda… pero el diálogo requería algo pesado).

    Pienso en Miguel. En nuestros padres. En todo lo que explota a nuestro alrededor…

    Do you have a comrade?

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