No era lo que me esperaba…parte 2

No era lo que me esperaba…parte 2

Segunda y ultima parte del cuento.

-Eres el primero-

-Ya veo…yo pensé que…tendría un poco más de tiempo ¿sabes?, digo después de lo que ella hizo…después de lo que te hizo…pensé que quizá tu irías por ella primero…-

Me tomo un poco de tiempo para contestar su pregunta, mientras, aspiro profundamente y mis pulmones se llenan de ese aire frio y húmedo que me encanta, no estaba equivocado sobre el ambiente de esta casa.

Después de haber probado un poco de la vivienda y soltarlo todo en un suspiro, le contesto

– Tienes razón en pensar eso, pero a ti te pesan más los años, además sabes que ya no puedo cargarlos más, a final de cuentas no son míos, te pertenecen-

Por un momento ambos nos quedamos completamente callados, el toma la cajetilla de cigarros que tenía en la bolsa de su camisa, me la extiende y yo la rechazo amablemente con un gesto, el toma uno de sus cigarros, saca un encendedor y lo prende, le da varias bocanadas y mientras lo hace, noto como la iluminación está cambiando, lo que me indica que la tarde está comenzando a morir.

-Este ha sido mi alimento durante un buen tiempo…los cigarros, bueno, también tengo que admitir que los he acompañado con el Vodka, ¿sabías que en verdad son una combinación sin igual?-

-Me lo han comentado en repetidas ocasiones- Con cada palabra que me comentaba me dejaba mas y mas perplejo, en otra época él ni siquiera tocaba un cigarrillo, los odiaba y odiaba mas a quien los fumara, imagino que fue lo único que pudo calmar sus nervios durante todo este tiempo.

Vuelve a invadirnos un silencio casi sepulcral, interrumpido solamente por las bocanadas de cáncer que “el” emite en el aire y adornan el cuarto de manera casi juguetona. La noche comienza a adentrarse por todos los rincones de la casa.

-Bien- Me levanto de la silla –Creo que ya es hora, todavía la tengo que encontrarla a “ella” y por lo que veo me llevara un poco más de tiempo conseguirlo, así es que…-Antes de poder continuar me interrumpe con un parloteo frenético

-Espera…por favor…espera, maldita sea!!!!!, espera por lo que más quieras, no estoy listo, pensé que lo estaba, en verdad…pero la realidad es que no lo estoy, con un carajo… ¿quién diablos podría estar preparado para recibirlos?…te lo suplico, dame un poco más de tiempo, solo un poco más de tiempo, para asimilarlo …por los viejos tiempos…-

-Vamos, no te pongas así, sabes perfectamente que eso es imposible, ya te lo he dicho, no soy míos, además ya los he estado cargando durante mucho tiempo, tengo que regresarlos, así es como deben de ser las cosas, yo no invente las reglas, y ahora que lo preguntas yo nunca estuve listo y aun así los recibí…aun así cuando ni siquiera eran míos-

De pronto la habitación y toda la casa son bañadas por una oscuridad que no corresponde a la de la noche, esta oscuridad la provocan ellos y solamente ellos, ellos que gritan, ellos que se arrastran, ellos sin ojos, ellos con garras en lugar de dedos, con colmillos el lugar de dientes, con hambre de tus miedos.

El por otro lado, comienza  ponerse histérico, el sabe lo que esta por ocurrirle y también sabe que no puede hacer nada por impedirlo, su cerebro comienza a atacarlo con imágenes, destrozándole sus nervios, obstruyéndole por completo la capacidad de razonar.

-No, no, no, no, no, noooooooooooo, por favor no lo hagas- Se arrodilla sobre el suelo y la silla en la que estaba sentado cae, también deja caer la botella de Vodka que celosamente protegía, rompiéndose y regando el líquido que durante mucho tiempo lo hizo soportar todo esta espera.

Ahí estaba “el”, delante de mí, hincado y suplicándome que no se los entregara, con los ojos llenos de lagrimas, vomitando suplicas inútiles a través de su boca, “el” que un tiempo atrás hubiera preferido cortarse las piernas antes de agacharse a suplicar por algo, inclusive por su vida, “el” que cargaba su orgullo en lo que vestía y conducía, en lo que comía y tomaba, el que pensaba que la traición era un hecho relativo y meramente subjetivo conforme a la conveniencia de su realidad, el que nunca cometía un error ante los demás, el que vendía promesas y actuaba conforme conveniencia…”el”…todo va a cambiar de ahora en adelante para “el”…

La casa está sumida en tinieblas, apenas puedo ver su figura suplicante en el suelo, de pronto un súbito viento recorre violentamente la casa…ya están aquí y están ansiosos por estar con él, con su dueño. Alzo los brazos y detrás de mi puedo sentirlos a todos ellos, son muchos quizás cientos.

El logra verlos, me doy cuenta por su expresión, aquella expresión que solo pueda dar alguien que está completamente a merced de lo inevitable, del horrible destino que el mismo sembró años atrás cuando me entrego a estas criaturas y ahora después de tantos años, yo se las regreso.

-Aquí está el- grito a la criaturas –su dueño, está listo para recibirlos, disculpen la tardanza, ahora pueden comer-

Observo con claridad el avance de todas las criaturas, que salen detrás de mí en dirección hacia su presa, veo también, por última vez, a aquel rostro, que en otro tiempo perteneció al de mi mejor amigo, ese rostro que se retorcerá de dolor durante años y años, ya que a aquellas criaturas les gusta saborear lentamente su alimento.

Yo por otro lado, me dirigió hacia la salida de esta encantadora casa, llena de ese aire frio que me encanta, de ese diseño único que tanto añoro en las viviendas clásicas, me retiro entre gritos de angustia y sombras que cobran vida en forma de pequeñas alimañas.

Comienzo a caminar por la calle de este hermoso vecindario, en lo que parece ser una hermosa noche de luna llena, camino rumbo a mi siguiente destino que es mi último encargo, “ella”, no tengo idea de donde comenzar a buscarla, pero sé que con el tiempo daré con su escondite, solo es cuestión de tiempo y yo tengo todo el tiempo del mundo. “Ella” desafortunadamente como a “el” ya se le termino el tiempo.

Un comentario en "No era lo que me esperaba…parte 2"

  1. Cierra muy bien, me agrada el cómo construyes la tensión hasta que revienta con el ataque de las criaturas.

    Funciona como cuento corto ya que concluye con lo que se inicia, una historia redonda, sazonada con una buena descripción y personajes coherentes.

    El dejar sueltos algunos datos secundarios da pie a el desarrollo de una novela entera.

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