Tenia razón…

Tenia razón…

Había llovido toda la tarde, entonces la noche tenía ese olor que me hace sentir como si todo estuviera bien, como si no tuviera nada de que preocuparme. Habíamos llegado los tres juntos al bar, teníamos que montar todo, como siempre, lo más complicado de llevar era la batería, siempre hay que conseguir a alguien con una camioneta para que nos eché la mano. La noche se sentía tan distinta, tan diferente a las noches pasadas que habían sido completamente nefastas.

Esperamos en un cuarto, era como una especie de camerino, era chico pero cómodo, nos habían dado una hielera repleta de cervezas, “para calmar los nervios nos decían”, pero la verdad es que ninguno de nosotros ya tenía esa sensación nerviosa que se presentaba cuando apenas nos habíamos formado, la gran mayoría de veces esto se había convertido en rutina, no en algo mágico como lo era al principio.

Yo tome una cerveza, los demás estaban en sus cosas, uno leía una revista de cine y el otro fumaba como una locomotora, me pregunto ¿si algún día se le terminara ese maldito vicio, o si el vicio lo terminara a él?.


Como sea, era otra noche, pero como decía, no era igual a las demás, el clima me tranquilizaba mucho, no estába ansioso por tocar y largarme a mi casa, no tenía ese apuro de encerrarme en aquellas 4 paredes y apagar las luces. No, ahora tenía ganas de que el tiempo transcurriera como le diera la gana, de seguir afuera si era posible toda la noche.

Antes solíamos platicar mucho, antes de cada concierto, bueno la verdad es que no platicábamos, discutíamos mucho, eso me estresaba demasiado antes de salir, ¿a qué clase de idiotas se les ocurría ponerse a discutir antes de salir a tocar?, eso solo nos ponía a todos de un pésimo humor, y la mayoría de las veces ni siquiera tocábamos bien o por lo menos ni remotamente parecido a como lo ensayábamos, si eso solía pensar en aquellos días, siempre nos quedábamos con la idea del ensayo, de que nos saldría igual a como tocábamos en la casa donde solíamos practicar, como me gustaba practicar en aquella casa.

Pero esta noche está muy lejos de aquellas noches y esos días, a veces me parecen tan lejanos, que los confundo con sueños que tuve y no con una realidad que viví.
Tocan a nuestra puerta, ya es nuestra señal. Me llevo la cerveza al escenario, por lo general siempre tomo entre canción y canción, uno deja su revista abierta donde se quedo leyendo y el otro apaga su cigarro, pero estoy seguro que no tardara en prender otro.

Nos anuncian y salimos, todo está muy calmado, escuchamos aplausos pero ningún grito, la gente está sentada en sus mesas, no hay más de 4 personas por mesa, el lugar tiene una pinta muy bohemia, me gusta, hay rincones muy oscuros en este bar, eso también me gusta.

Tomo mi guitarra y saludo tímidamente, siempre saludo tímidamente, creo que es una costumbre que nunca se me va a quitar, nuestro vocal siempre es el más animado de todos, creo que por eso mismo es el vocal, por lo menos siempre tiene algo que decir, da las buenas noches y dice que es un gusto estar aquí. Creo que el también se siente muy relajado, ¿será por el clima también?

Suelto las primeras notas que conformaron una tocada muy diferente, de una noche muy distinta. Nuestro público aplaudía con cada canción, se sentían tranquilos, creo que eso nos lo trasmitieron a nosotros, les dábamos lo que vinieron a esperar, nada más, y ellos nos regresaban lo mismo, creo que era un intercambio justo.
Después de todo, nuestro público estaba conformado por muertos, que vestían las ropas con las cuales fueron sepultados, ninguno comía algo de lo que ofrecía el bar, solo tomaban vino, todavía no termino de entender ¿por qué a los muertos les gusta tanto el vino?. Unos ya tenían un estado avanzado de descomposición, otros se notaba que acababan de morir. Me gusta tocar para los muertos, creo que el Sr.G tenia razón cuando me comento que “los muertos no pueden decepcionarte, ellos ya no pueden cambiar o mostrarte algo que no son, son muertos y ellos lo saben bien”

Creo que fue una buena noche, el clima ayudo y a los muertos les gusta escucharnos y a nosotros nos gusta tocar para los muertos. Nadie cometió un error y si fue así, a los muertos no les importo, al final nuestro vocal dio las gracias y les deseo a todos una muy buena noche. Hace mucho tiempo que no me sentía así, definitivamente se debe al clima, ayudo bastante.

Un comentario en "Tenia razón…"

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